
La escritura aljamiada ocupa un importante capítulo dentro del marco de las literaturas marginadas. Es una de las últimas manifestaciones de una cultura maltrecha, prohibida y tremendamente admirada a la vez por un poder dominante y fanatizado, en un período histórico en el que la intolerancia cristiana iniciaba, a través de un abierto rechazo hacia las comunidades étnico-religiosas con las que con mayor o menor acercamiento había convivido en otras épocas, un camino de ascendente crueldad que habría de desembocar más tarde en la mordaz y despiadada Inquisición, extraordinaria máquina represiva que sembró el terror y afectó esencialmente a las actividades más fundamentales durante largos siglos en la España de la época. Seguir leyendo




