PEDRO A. CLEMENTE DEL BARRIO | REPÚBLICA DE LAS LETRAS N.º 57 | 6/1998

Ecuánime armonía la de estos versos para que no olvidemos lo que acontece en nuestro interior. Por otra parte no se debe eludir. Y los paréntesis son necesarios cuando parece que se resquebraja la gruesa trama de los hilos. Estamos ante un poemario impregnado de aseveraciones válidas, objetivas y significativas en su planteamiento, que no dejan por ello de constituir un diálogo del autor consigo mismo, repaso necesario para difundir su propio conocimiento interpersonal. Es una navegación que asume conscientemente la realidad, que diagnostica con minuciosa precisión los valores que nos rigen y debatimos. Discurso con constante superposición de conceptos que acaban explicando el sentido y el orden de caminos y tiempos.