Con la muerte de Mario Vargas Llosa, el pasado día 13 de abril de 2025 en Lima (Perú), el mundo literario perdió uno de los principales referentes de la literatura latinoamericana de todos los tiempos.

Esta mañana, me he reencontrado con una entrañable carta que guardo con cariño y que recibí de él en octubre de 2022. Fue enviada desde su casa en Madrid poco antes de que regresara a Lima (Perú), donde murió hace solo unos días, después de un largo y fructífero periplo por Europa.

En su carta, entre otras cosas interesantes, comenta que mi novela «En busca de Ofir» le había recordado un espléndido ensayo que Raúl Porras Barrenechea, maestro suyo de historia de la Universidad de San Marcos de Lima, le dedicó hace años a Sarmiento de Gamboa, personaje central de mi libro. Añadía, que tuvo la suerte de trabajar con él en su casa de Miraflores, donde aprendió sobre historia del Perú mucho más que en las clases.

En fin, solo quería compartir con vosotros un detalle epistolar llegado de este gigante de las letras y Premio Nobel de Literatura que nos acaba de dejar, aunque su enorme legado creativo siempre perdurará entre nosotros.