el-guerrero-del-antifaz

Los que nacimos en la generación de los cincuenta del siglo pasado y de adultos podemos considerarnos lectores de libros, tenemos mucho que agradecer a aquellos tebeos de aventuras que caían en nuestras manos y que guardábamos debajo de la cama en grandes cajas de madera o cartón como un preciado tesoro. Desde sus viñetas en blanco y negro, héroes como El Capitán Trueno o El Jabato tomaban parte en peligrosos lances y realizaban proezas increíbles que encandilaban nuestros inocentes ojos. En soledad, para que nadie pudiera romper el encanto del momento, desde cualquier rincón de nuestra casa nos comportábamos como fieles escuderos dispuestos siempre a acompañar a esos superhombres en sus viajes por el ancho mundo en su lucha en pro de los oprimidos de cualquier continente. Esas incomparables experiencias nos permitían compartir mundos de ensueño y alejarnos al menos durante unas horas al día de la rancia visión que nos ofrecía la realidad hermética y gris de la España del momento. Seguir leyendo