He conocido la noticia que están difundiendo algunos medios de comunicación y algunas ONG sobre la matanza masiva de perros y gatos en paises como China, Tailandia y Filipinas, a fin de utilizar sus pieles para productos varios muy demandados en el mercado europeo. La cifra que dan es de más de dos millones de animales, que son sacrificados para abastecer el mercado del disparatado bienestar occidental. Sus pieles quedan convertidas en cuellos y puños de chaquetas, en figuritas para estanterías o en gorros para señoras aburridas y con cabeza sin demasiado seso. Demasiado horror gratuito para satisfacer los intereses del mercado occidental de “medio pelo”, de los que piensan que el uso de pieles les eleva la condición social, que les hace subir un peldaño en su estrato social si cubren sus cuerpos con las pieles de estos pobres animales. ¡Qué ilusos!
Por otro lado, dónde podemos situar la tan cacareada “sensibilidad oriental” cuando están realizando estragos continuamente con cualquier tipo de animal que se les ponga por delante. No solo perros y gatos, también recordemos lo que llevan haciendo muchos años con delfines, ballenas y otras especies protegidas. No nos engañemos, la cultura y la sensibilidad oriental actual no tiene nada que ver con la que difundieron por el mundo en otros tiempos pasados. Vamos, que no piensa y actúa un chino o un japonés de ahora como uno de su misma raza en la Edad Media, por ejemplo. Y que tampoco en estos momentos aportan nada realmente interesante para las artes o el conocimiento. Solo hay que pararse a mirar un poco y se descubre que se han convertido en sociedades tremendamente marcadas por el consumo y el comercio, que hace que prime lo material sobre los sentimientos y el dinero sobre los principios del alma.
Ahí va un enlace a una web donde he encontrado bastante información interesante sobre la indignante falta de escrúpulos con los animales que demuestran ciertos paises orientales. La dirección es: http://www.altarriba.org/2/verguenza/vg-china1.htm. La crudeza de las imágenes y de los vídeos os pueden dejar de piedra.
Antonio Miguel Abellán
Taller de creación/9-1-2008